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Ciudad para educar y recordar

  • Foto del escritor: Sebastian Belmar
    Sebastian Belmar
  • 30 nov 2018
  • 2 Min. de lectura

Es necesario para poder formar y ser parte de una ciudad educativa, que seamos analizadores de la información que nos entregan todos los espacios en los que se puedan generar aprendizajes. Comprender sus deficiencias y virtudes, desde la desigualdad y la injusticia hasta el progreso y la comunidad.


Es importante entender que no podemos vernos como entes fuera de la ciudad, vivimos en ella en comunidad, interactuando entre unos

y otros con los espacios, servicios, la arquitectura, la cultura entre otros. Estamos directamente involucrados dentro de la ciudad y con la ciudad.


La ciudad educadora es concebir el espacio urbano como un espacio educativo, como un rico campo para producir experiencias pedagógicas. La ciudad se construye en escenarios y ambientes globales de aprendizaje donde confluye el concepto de educación permanente.


Los espacios de aprendizaje que pueden establecerse en el contexto de una ciudad educadora son diversos, existen espacios en donde se pueden vivir las ciencias y las lenguas, espacios donde vivenciar el arte y cultura. Pero también hay espacios que nos hablan de la historia, acerca de cosas que queremos no se olviden con el paso del tiempo, lugares que hablan pero que no se escuchan o se silencian por la negación. Es un acto ineludible dentro de una vida en comunidad, recordar los hechos en los que fueron vulnerados los derechos humanos, aprender de los errores del pasado para no volver a cometerlos en el futuro. Por otra partes necesario aprender a vivir juntos, adoptando un concepto de nosotros mismo como ciudadanos del mundo y simultáneamente conservar nuestra identidad local, entendiendo la historia como los momentos claves para que se construyera la sociedad en la que podemos desenvolvernos.


Por otra parte, es imperante no olvidar quienes somos, de donde venimos, cuales son nuestras orígenes. Podemos leer historia dentro de la ciudad, pero también podemos leer cultura y como los cambios han ido permeando los espacios de socialización existentes. Dentro de la misma ciudad existe una identidad, la identidad del pueblo chileno, ¿donde se puede ver la identidad del pueblo chileno? Algunos espacios se han construido con la intención de dar visibilidad a las violaciones de los derechos humanos cometidas por el Estado de Chile en época de dictadura como el museo de la Memoria y los DDHH, otros espacios son esporádicos y surgen por la necesidad de alzar la voz, las marchas y las protestas por ejemplo. Estos espacios son potencialmente educativos porque representan la identidad del país, los problemas y sus necesidades, su historia y sus raíces. Nos permiten recordar y no olvidar. Desde la postura del Buen Vivir, debemos apropiarnos de nuestra identidad ¿La forma? La educación. Somos una comunidad que tiene historia, y por ende, espacios potencialmente educativos.

 
 
 

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