Decisiones de maestros
- Sebastian Belmar
- 11 dic 2018
- 2 Min. de lectura
Milgram para este experimento reclutó a 40 participantes a los cuales se les informaba que podían ser parte de un experimento acerca memoria y aprendizaje.
A los voluntarios se les comentó que existen tres papeles: El investigador, el maestro y el alumno. El rol de alumno era siempre interpretado por un actor, igual que el investigador, sin embargo se le hacía creer al voluntario que los roles eran tomados al azar mediante un falso sorteo. Tanto maestro como alumno son sentados en habitaciones distintas pero conjuntas. Por un lado al alumno se le sentaba y ataba a una silla para evitar movimientos involuntarios y por el otro lado al maestro se le asignaba un generador de descargas eléctricas con treinta interruptores que regulaban la intensidad de la descarga en incrementos de 15 voltios, oscilando entre los 15 y los 450 voltios y que, según el investigador, proporcionaría la descarga indicada al alumno. Cabe mencionar que el generador era totalmente falso y las supuestas descargas al alumno era solo el reflejo del trabajo profesional del actor.
El sujeto, en su labor como maestro debía enseñarle ciertas palabras al alumno, en caso de que éste cometiera algún error se le debía aplicar una descarga eléctrica comenzando por 15 volteos y aumentando 15 volteos por cada respuesta incorrecta.
Durante el transcurso del experimento, varios maestros se cuestionaron su trabajo y quisieron detenerse, si embargo tras palabras como "por favor continúe", "el expermiento necesita que usted siga", los maestros continuaban haciendo llegar las falsas descargas eléctricas al alumno.
De los 40 voluntarios, todos llegaron a administrar los 300 voltios, mientras que 25 de los 40 alcanzó el final, pesé a los constantes gritos del actor tras el rol de alumno.
A los voluntarios que se encontraban dentro del rol de maestros, al introducirlos dentro de sus labores, se les muestra que tan fuerte son las descargas más bajas, por lo que saben que tan dolorosas pueden ser, sin embargo no vacilan al momento de accionar la palanca que permite (en teoría) que llegue la descarga eléctrica al alumno
Los resultados que obtuvo Milgram con su experimento revelan qué tan frágil pueden ser los valores humanos ante la autoridad, o incluso la falsa autoridad. Es necesario mencionar que ninguno de ellos mostró alguna patología o enfermedad psiquiátrica que lo condicionara a tomar determinadas situaciones. En este sentido, frente al dilema de infringir dolor a una persona desconocida y obedecer a un investigador desconocido, se escoge ciegamente la obediencia, realizando un acto de fe de que lo que está haciendo esta autoridad, está bien.
Reflexionando acerca de las decisiones que tomaría cada persona, me pregunto si fuese yo, el voluntario que sirve de maestro en el experimento ¿hasta que voltaje sería capaz de realizar descargas eléctricas al alumno? ¿en qué momento soy consciente (si es que lo hago) de las decisiones que estoy tomando? ¿cuantas veces me he visto en el rol del maestro sin darme cuenta?
¿Hasta donde podemos llegar sin cuestionarnos nuestros actos?
Comments